Si eres una persona que considera su visión distinta a los demás, si el sufrimiento golpea fuerte cuando llega, si a su vez encuentras alivio y regocijo en tu propia soledad y además tienes la capacidad de observar cosas, situaciones que la gran mayoría no consigue, pues estás en una hermosa minoría constituida por personas con una alta dosis de sensibilidad en su interior.
La sensibilidad se define como la capacidad o propensión natural de las personas a emocionarse ante la belleza y los valores estéticos o ante sentimientos como el amor, la ternura o la compasión.
Si hasta ahora sientes la identificación con la sensibilidad, te cuento que un 20% de la población se considera altamente sensible, lo que podría etiquetarse como diferente, mas no valorando aquella característica como algo negativo.
Es muy probable que desde infante hayas sentido que la sensibilidad es algo que protagoniza tus días, distanciándote del resto de las personas, generando una sensación de burbuja de alienación y soledad.
En los años noventa Elaine N. Aron realizó una investigación en torno a las personalidades introvertidas, lo que la ayudó a explicar en detalle que las personas altamente sensibles son pensativas, empáticas y emocionalmente reactivas.
En su libro, la Dra. Aron explica cuatro dones o regalos, obtenidos por estas personas.
¿Quieres saber si efectivamente encuentras la identificación en estos dones?
Don del conocimiento interior
Probablemente en la infancia de una persona como tú, con alta sensibilidad, hayan existido sentimientos de ansiedad, conflictos, pues tus ojos han estado observando cosas y situaciones que no todos ven, seguramente habrás visto sentimientos en las personas que a simple vista no se ven y al poder apreciar ese tipo de eventos se te ha enseñado que la vida es difícil y contradictoria.
Conocer las emociones es un arma muy poderosa, entendemos mejor a las personas, sin embargo nos hace más vulnerables al dolor y al comportamiento de los otros. La sensibilidad es una preciosa luz. Lamentablemente siempre escucharás frases del tipo «Eres demasiado sensible» o «Te tomas todo muy en serio». Eso da igual. Eres lo que eres. Y una persona que tiene la capacidad de conocer su interior requiere de cariño y cuidado.
Don de disfrutar de la Soledad
Nada como el placer en los momentos de soledad. En la soledad se puede encontrar la creatividad a través de la música, la lectura, la escritura y la creación de mundos internos maravillosos. Si lo has experimentado, eres un total ser lleno de fortuna y luz. No hay miedo a la soledad, es un momento preciado para conectarse con si mismo y los pensamientos, libre de ataduras y las miradas indiscretas.
Don de vivir con el corazón
¿Vives a través del corazón, verdad? Las personas altamente sensibles viven a través del corazón. Viven intensamente el amor, la amistad y se sienten muy feliz con los pequeños gestos de la vida cotidiana.
A menudo se asocian con el sufrimiento por su tendencia a desarrollar depresión, tristeza y vulnerabilidad frente al comportamiento de las personas. Sin embargo, viven el amor con gran intensidad. Todo se experimenta con gran intensidad por la persona altamente sensible.
Don del crecimiento interior
La alta sensibilidad no se puede curar. La persona nace con esta característica y este don se manifiesta desde la infancia. Sus preguntas, su intuición, su malestar con las luces u olores fuertes y su vulnerabilidad emocional ya demuestran su sensibilidad excesiva. No es fácil vivir con este don. Sin embargo, si reconoces que eres muy sensible, debes aprender a manejar esta sensibilidad. No dejes que las emociones negativas te desestabilicen y te hagan sufrir.